Semana Santa, tiempo santo.
Ya todos sabes que es la semana santa y que se celebra, pero, no tenemos en cuenta como celebramos este momento. Esta sección es una invitación para aquellas personas que no viven la semana santa como debe de serlo.

La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año
Sin embargo, últimamente para muchos católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión.Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.
La invitación es que para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.
Cristo debe de ser modelo de todo hombre para así hacer que este mundo llegue a la Santidad. Que los hombres sean igual que Jesús y busquen siempre cumplir con la voluntad de Dios, como lo hizo Jesús sin importarle el sufrimiento, las injusticias, las humillaciones…
“Tener entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo, el cual, siendo de condición Divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojo de si mismo tomando condición de silencio, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a si mismo, obedeciendo hasta la muerte de Cruz”
San Pablo (Flp 2,5-8)
Comencemos la Semana Santa con un nuevo ardor y dispongámonos a ponernos al servicio de Jesús. Tratemos de mantenernos con coherencia entre la fe y la vida.
Cristo debe de ser modelo de todo hombre para así hacer que este mundo llegue a la Santidad. Que los hombres sean igual que Jesús y busquen siempre cumplir con la voluntad de Dios, como lo hizo Jesús sin importarle el sufrimiento, las injusticias, las humillaciones…
“Tener entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo, el cual, siendo de condición Divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojo de si mismo tomando condición de silencio, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a si mismo, obedeciendo hasta la muerte de Cruz”
San Pablo (Flp 2,5-8)
Comencemos la Semana Santa con un nuevo ardor y dispongámonos a ponernos al servicio de Jesús. Tratemos de mantenernos con coherencia entre la fe y la vida.
Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.
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